Se trata de una práctica de relajación que dura unos 20 minutos. Lo mejor es utilizarla cuando te sientas cansado o te cueste conciliar el sueño. Como con todas estas prácticas, no te preocupes si las estás haciendo correctamente o no. Cuanto más practiques, más natural te resultará. Es cuestión de estar abierto al proceso. No tienes que hacer nada porque tu cuerpo sabe lo que tiene que hacer.